CINE: Reseña de NOPE

 

NOPE (Jordan Peele, 2022)

Por Juan Contreras.



Dos hermanos que dirigen un rancho en California, donde entrenan caballos para apariciones en películas, descubren algo maravilloso y siniestro en el cielo. Decididos a grabarlo y lograr una “toma perfecta”, se proponen convertir el encuentro cercano con lo desconocido en una ruta improbable hacia la fama y la riqueza. Mientras que el propietario de un parque temático adyacente intenta beneficiarse también del misterioso fenómeno.

Nope es una historia de ovnis en la que los personajes no están preocupados tanto por matar a un extraterrestre como por capturarlo en cámara. El objetivo que siempre han perseguido los cazadores de ovnis, pero que también está en sintonía con nuestro espíritu actual de registrar sucesos singulares y horribles para convertirlos en algo vendible, desplazable y eterno.

El terror como espectáculo, la historia de nuestro tiempo: el impulso de estar siempre presente cuando algo sucede, de "estar ahí" y demostrar que existe. Nuestra compulsión por filmar todo. El afán agobiante de retratar nuestra realidad, alejándonos de la misma. Desesperados por publicar nuestros días, de acaparar la atención, tanto así que la vida termina siendo un pésimo documental lleno de filtros. Esta película captura bien ese tipo de horror visceral y silencioso.




Tras el espectáculo se encuentra el subproducto de la ganancia: sacar provecho de los marginados, desatendidos o mal representados. Frente a él está su consumo obsesivo por parte del espectador, y este ciclo de poder, junto al mito del platillo volador vivito y coleando, son la base para la película más audaz de Jordan Peele hasta el momento.

Comienza con un reconocimiento al pionero del cine Eadweard Muybridge (El caballo en movimiento, 1878) antes de rendir homenaje a influencias más directas como “Encuentros cercanos del tercer tipo”. El caballo que corre por el campo mientras el OVNI lo persigue, es un paralelo brillante con las fotografías de Muybridge. Me encanta la idea de que la historia también trate sobre la herencia del cine, y que los personajes tengan un deseo por liberarse de la industria y las prácticas históricas que la contaminaron.

Incorpora a la perfección aspectos del western, el horror y la ciencia ficción, comentando sobre la superstición y el espectáculo como fenómeno humano. Estos temas están bien establecidos al inicio, pero al final se desvanecen un poco y se dejan a la deriva. La historia intenta sacar a flote el intelectualismo del espectador, pero se abre de golpe siguiendo una plantilla de Scooby-Doo. Dejando atrás fragmentos de ideas incoherentes sobre la domesticación, y posiblemente, la raza.

Peele es un experto en generar tensión, tanto que a menudo la recompensa no es tan buena como la acumulación. Es un director talentoso, sin duda, pero que lucha por aterrizar plenamente sus ideas y conceptos. Aquí hay varios callejones sin salida, saltos en la trama y momentos que pueden significar algo para el “tema”, pero significan muy poco para nosotros, la audiencia. Hay momentos emocionantes, eclipsados ​​por demasiadas reflexiones metidas en una historia sobreexcitada, desordenada y con problemas de ritmo.




A pesar de esto, es una película bien filmada y actuada, y con ideas interesantes que la apartan de la mayoría de las películas de terror y ciencia ficción de la actualidad. Pero su potencial para ser una de las mejores de los últimos 15 años se pierde en el tercer acto. De todos modos, es el esfuerzo artísticamente más ambicioso de Peele hasta el momento, y su estilo por sí solo es suficiente para cautivar.

El examen sobre la obsesión por el espectáculo, empequeñece las convenciones de la realización de películas de gran éxito, al mismo tiempo que sigue siendo atractivo en todos los sentidos. La secuencia de Gordy, el mono, transmite nada más que pavor y tensión. Funciona no solo por lo horrible y silenciosa que es, sino por cómo promueve el examen.

Peele pretende complicar el acto mismo de mirar, para sugerir que puede tener sus costos morales, así como también sus innegables placeres. El subtexto de la película será discutido por mucho tiempo.

 

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